Con su partida, el estrellato se apaga casi de pronto: atrás quedan los años de bonanza de Hollywood, aquella época de esplendor de las nuevas "stars". Si Julia Roberts fue la sonrisa más cotizada, la de Williams era la sonrisa más triste, pero carismática, del panorama cinematográfico estadounidense.
Personalmente, marcó mi infancia con la entrañable Jumanji, aunque la lista de sus trabajos es larga, tanto en cine como en televisión, así como la de los premios que recibió (Óscar y Premio del Sindicato de Actores al Mejor Actor de Reparto, varios Globos de Oro).
En definitiva, su estela se ha apagado, pero nos queda su legado. DEP.

No hay comentarios:
Publicar un comentario